1
Mueve tu cabeza al ritmo. Para empezar, trata de entender el ritmo de la música. Si te ayudara, prueba contar o aplaudir al ritmo. Cuando ya sepas cuál es, empieza a moverte con él subiendo y bajando la cabeza.
- Cuando te pongas a mover la cabeza, se te hará más fácil mover el resto del cuerpo.
- Para encontrar el ritmo, prueba escuchar la batería o el bajo. Estos instrumentos, por lo general, llevan el ritmo de la canción.
2
Cambia el peso de un pie a otro. Cuando tengas una buena idea del ritmo, puedes comenzar a incorporar un juego simple de pies. Para comenzar, cambia todo el peso a un pie. Puedes levantar un poco del suelo el otro pie para asegurarte de que no esté sosteniendo peso. Pasa de un lado a otro al ritmo de la música.[4]
- Dejando un conteo (de preferencia 1 al 3), cambia el peso por completo al otro pie. También puedes cambiar el peso en cada conteo, pero empezar lentamente te ayudará a sentirte cómodo antes de empezar a bailar rápido.
- Mantén las piernas sueltas y dobla las rodillas un poco. Debe haber solo un poco de "rebote" en los cambios del peso y uno sutil (en tu lugar) en los conteos cuando no estés pasando tu peso de un lado a otro.
3
Mueve los pies de acuerdo al ritmo. Cuando te sientas cómodo trasladando tu peso de acuerdo al ritmo, empieza a mover tus pies. Justo antes de pasar tu peso a uno de los pies, muévelo un poco, incluso si fuera a entre 1 y 3 cm (1 y 2 pulgadas) de su posición inicial. Cuando muevas el pie, mantenlo muy cerca del suelo.
- Sostente en los metatarsos del pie para que puedas moverte y rebotar con mayor facilidad.[5]
- Si vas a bailar con alguien más, asegúrate de moverte de una forma que se adapte a tu pareja sin pisarla.